ARARETAMA: Esencias Vibracionales de
la Mata Atlántica, es decir, de la Selva Atlántica.
Elaboradas por Sandra Epstein, el nombre nos indica que fueron hechas en el
ecosistema de “La Mata Atlántica”, o bosque atlántico, que es un bosque que
sólo posee actualmente el 5% de su área original. Podemos decir que hace 500
años con la colonización y la exploración de sus tierras, se perdió el 90 por
ciento de esta selva que aún conserva una enorme riqueza y variedad.
Se extiende a lo largo de la costa
brasileña desde el Estado de Rio Grande do Norte hasta el Estado de Rio Grande
do Sur. Es una selva bastante densa y,
como nosotros, tiene sombras y luces, masculino y femenino, fuerza y fragilidad.
En virtud de su inmensa biodiversidad,
contiene una cantidad enorme de especies de flora y fauna, representa una
reserva biológica, que es un patrimonio ambiental de toda la humanidad. Esto
significa que sea cual sea el área que se mencione, la Selva Atlántica contiene
más bacterias, hongos microscópicos, protozoarios y algas que cualquier área
equivalente del suelo europeo o norteamericano. Esto a su vez significa que
aporta mucho en el campo de la medicina, de la agricultura, de la
industria y al equilibrio del planeta.
La vegetación del bosque Atlántico
litoral es exuberante.
Está dominada por árboles altísimos
que pueden llegar a 30 metros de altura. Debajo de estos árboles crecen árboles
de menor altura cuyos troncos se cubren de musgo y líquenes, lianas, orquídeas y bromelias.
Las
esencias de Araretama, traen consigo la vibración de las bromélias, de las
lianas, de las setas, de los líquenes, de los filodendros, de los árboles.
Sandra opta por prepararlas sin producir cortes en la planta cuando es posible,
focaliza la importancia de la raíz de la planta aquella parte que sostiene la
planta para que la flor exista.
Traen la fuerza de la comunión y de
la regeneración entre las especies. Es un sistema que no tiene muchas flores,
comparado con otros. En la medida de lo posible hace las esencias sin cortar la
planta, o la liana o la flor. Son 28 plantas usadas como portales de
conciencia.
Sandra ha pasado grandes temporadas dentro
de la selva y en contacto con las tribus indígenas que aún sobreviven en esa
región. Por respeto a los habitantes autóctonos de esas tierras, por haber
aprendido sobre la naturaleza con ellos también, usa nombres del idioma
tupi-guaraní para designar la mayoría de sus esencias florales.
Lo original de este sistema es que
Sandra sugiere trabajar de forma didáctica con un mandala. Es una jornada a
través de la conciencia despierta.
Dice: “Participar de esta comunión con la Selva Atlántica conduce a una
jornada sin vuelta, a través de la infinita escalera de la conciencia y del
auto conocimiento.”
Esta gran escalera contiene los
varios niveles del despertar de la conciencia. Hay como 8 escalones que
representan ocho niveles de evolución.
Imaginemos que cada reto o potencial
al ser desarrollado representa una parte de esta gran escalera en espiral donde
es necesario que nos cuestionemos sobre ocho puntos importantes.
Cada uno de los ocho niveles se
plantea preguntas que debemos respondernos con respeto a:
ORIGEN: ¿Qué traigo conmigo, sea de
mi memoria de vida(s), o de mi memoria genética que puede estar interfiriendo
en mis actos ahora?
Las esencias indicadas son: Oribá
(toma de conciencia, ver tus sombras y tu luz, despertar, por donde andas?); Bromelia (receptividad, apertura), Thiniá (entrega, ligereza de
movimientos ); Indaiá (inocencia,
disuelve el patrón mental compulsivo, trae humildad y compasión);
FUERZA
VITAL:
¿Tengo fuerza vital suficiente para buscar lo que realmente deseo, me siento
nutrido emocionalmente?
Las esencias indicadas son: Pyatã (Vitalidad creatividad); Ybá (fuerza de voluntad); Seiva (abundancia); Caju (fertilidad).
MOVIMIENTO: Me siento bloqueado,
¿consigo moverme para alcanzar mi objetivo?
Esencias indicadas: Jumping Child (alegría, espontaneidad,
esperanza); Revelação (liberación); Yaté (transformación, conciencia).
RELACIONES: ¿Consigo relacionarme
conmigo mismo y con los que me rodean? ¿Soy capaz de escuchar mi voz interior,
realmente consigo escuchar a los demás?
Esencias indicadas: Imbe (contacto, fluidez); Moara (donación, expansión, amor
incondicional, tranquiliza la mente acelerada).
VIVENCIAS: ¿Realmente vivo mis momentos
en su totalidad o estoy apegado al pasado, o tal vez he abandonado mis
objetivos y estoy parado en el tiempo, sin vivir?
Esencias indicadas: Renascer (unificación, coraje); Celebração (confianza, alegría); Tauá (motivación).
LIMPIEZA: ¿Tengo capacidad de
librarme de los pesos inútiles, estoy con pena de mi mismo, me veo pequeñito?
Hay equilibrio entre mi razón y mi emoción, levanto barreras por miedo a
crecer?
Esencias indicadas: Assá (gratitud, compasión, perdón); Obaiti (concentración, descondicionamiento),
Marupiara (alegría); Mamoã (quietud, serenidad,
acogimiento).
ANCLAJE: ¿estoy en este mundo o
vivo en un mundo de viajes e ilusiones, tengo conciencia de los retos a los que
me debo enfrentar?
Esencias indicadas: Embó- Rudá (fortalecimiento, sensualidad),
Ararybá (integración), Tassi (protección).
SABIDURÍA: ¿utilizo los recursos que
tengo a través de mi sabiduría, y no los
escucho y contrarío mi intuición, escucho demasiado a los demás sin
escucharme a mí mismo?
Esencias indicadas: Bromelia 2 (unificación); Oribá (aptitud); Oyamã (autoafirmación, claridad); Sabiduría (autovalorización).
En el centro de este círculo, para
completar el proceso, hay un centro irradiador. Se termina trabajando con las
esencias necesarias para elaborar y asimilar toda esta transformación.
Las
cuestiones son: ¿consigo asimilar mis experiencias, consigo concluir mis ciclos de vida? ¿Soy muy
impulsivo? ¿Puedo estar abierto al mundo sin ser vulnerable a todo lo que
ocurre a mi alrededor?.
Esencias indicadas: Ruda (armonía, metabolización); Kundalini (comunión, equilibrio).
Epstein sugiere tomar 7 gotas
directamente de estos frascos de stock, tres veces al día. Fueron creadas para usarlas a diario, en el seno de nuestras familias
de forma accesible a todos.